Con la instalación de un nuevo equipo de bombeo la empresa Triple A emprendió la solución estructural a los graves problemas que en época invernal genera el ingreso de toda clase de elementos por la bocatoma del acueducto, causando cambios en la calidad del agua que se le suministra a los usuarios.

Todo ello tras la más reciente emergencia por la intensidad del invierno y en particular las torrenciales lluvias registradas entre el 5 y el 8 de noviembre, que produjeron cambios en la coloración del agua en sectores de Barranquilla, Soledad y Galapa.

“Los parámetros de agua cruda están normalizados desde hace 8 días, los trabajos que se hicieron surtieron sus efectos para controlar la situación que estaba pasando y las características del agua ya son las mismas que originalmente entregamos normalmente”, expresó el Gerente de la Triple A, Jairo De Castro, en entrevista con el periodista Jorge Cura en Atlántico en Noticias.

Sin embargo, resaltó, “seguimos trabajando para estar sobre seguros de que la situación no se vuelva a repetir, con una estructura nueva en el acueducto”.

En efecto, se trata de la instalación de un nuevo equipo de equipo, a 70 metros de la bocatoma, de 2.7 metros cúbicos/segundo de capacidad. En otros términos, este equipo equivale al 30% de la capacidad de producción del acueducto.

“Realmente queremos estar seguros de que si en algún caso se repite la situación de invierno muy fuerte, poder bombear agua fresca, de calidad, directamente a la dársena, para evitar que las aguas estancadas que vienen de los lagunares, ingresen a nuestro sistema”, precisó.

El montaje de este equipo se complementa con la construcción de  330 metros de canal con geomembrana de protección para transportar 2.7 metros cúbicos de agua cruda fresca por segundo captada desde la mitad del Río Magdalena directo hacia la dársena.

Adicionalmente, avanzan los trabajos de apertura de canales y la extensión de los diques con geobags.

El Gerente de la Triple A, Jairo De Castro, afirmó que la crisis afectó, fundamentalmente, la estación 4 de baja presión luego que los niveles de lluvias superaron todas las expectativas.

No obstante, reiteró que hoy la situación se encuentra controlada.

“Todos los índices de calidad del agua siguen siendo potables. 

En las muestras y pruebas que se han venido haciendo de manera conjunta con la Secretaría de Salud no vemos problemas de riesgo en la potabilidad del agua en la ciudad”, insistió.

La situación presentada es atribuida a la gran cantidad de residuos y elementos arrastrados por los arroyos durante las lluvias hacia la bocatoma.

A lo anterior se sumó la alta sedimentación del río Magdalena que configura lagunas que contienen gran cantidad de vegetación que impiden que el agua lluvia proveniente de los arroyos llegue directamente al río.

En este caso, cuando el invierno arreció se incrementó el nivel del agua generando el desbordamiento de dichas lagunas hacia el río, cambiando las características del agua cruda que llega a la bocatoma.

Por esta razón la empresa optó como solución estructural la instalación de un nuevo equipo de bombeo para garantizar el flujo directo de agua cruda fresca directamente desde el río hasta la bocatoma, durante las épocas críticas.

Finalmente, no descartó que se puedan presentar algunos casos puntuales por situaciones ajenas y diferentes a la problemática registrada.